El trabajo por rincones nos puede aportar grandes ventajas a la hora de llevar a cabo el proceso de enseñanza-aprendizaje”.
Así pues, gracias a esta metodología:
-Se desarrollan hábitos de autonomía personal y social en el alumnado.
-Los niños y niñas toman consciencia de sus capacidades y posibilidades.
-Los alumnos y alumnas muestran iniciativa en la planificación de las acciones a desarrollar.
-Se estimula el razonamiento lógico y la deducción de los niños y niñas a través de la experimentación.
-Se desarrolla el lenguaje verbal del alumnado adecuándolo y adaptándolo a cada contexto.
-Se fomentan relaciones sociales entre iguales en situaciones lúdicas y de aprendizaje.
-Se adquieren hábitos y normas de comportamiento en el grupo.
-Se representan aspectos diversos de la realidad y estos son expresados mediante las posibilidades simbólicas que ofrecen el juego y otras formas de expresión y representación.
-Se potencia el desarrollo global e integral del niño y niña.
-Se posibilitan los aprendizajes significativos.
-Se cubren las necesidades de juego del alumnado.
Además, el trabajo por rincones tiene la ventaja fundamental de atender la diversidad de las aula.